Como el panadero, que trata de vender su pan diciendo que todo está bueno, le podemos decir que las mariposas siempre están bien, pero le mentiríamos.
Repentinamente hay días a fines de marzo o principios de abril cuando ya no queda ninguna. Y eso sucede de un día para otro. Es posible que vayamos en tour el primer lunes de abril y las encontremos, y al siguiente día, no quede ninguna.
Efectivamente, Madre Natura no hace contratos. Las mariposas no tienen un específico día para iniciar o terminar su partida. Cuando inician su migración hacia el norte no lo hacen todas a la vez, sino que toman más de un mes de continua salida. Y es lo mismo cuando arriban: su llegada masiva toma más de un mes. En la temporada de noviembre de 2006 a abril de 2007 ¡había aún muchas el día 18 de abril! Pero hay temporadas cuando para el 30 de marzo no queda ninguna.
“Los árboles no dejan ver el bosque”, dice el dicho. Aún si usted viene a ver solo unos pocos de cientos de miles, piense lo que eso significa: ¡“unos cientos de miles de mariposas” a su alrededor! Incluso si hay tan solo un millón de ellas, sus ojos no podrán verlas todas a la vez. El fenómeno es tan grande que va más allá de nuestras posibilidades visuales.
Lo que queremos decir es que va allá de la lógica humana.
