Es muy difícil predecirlo. La Naturaleza no tiene contrato con nosotros ni con nadie. Hemos fallado cálculos en años pasados varias veces en ese sentido y la experiencia es esa. La razón principal es que las montañas de los santuarios están normalmente por arriba de los 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar (snm) y las condiciones locales allá arriba cambian dramáticamente de una hora a la siguiente. Si usted es un montañés, entenderá esto. Hay magníficas condiciones todos los meses pero, a veces, de un día para el otro cambian a lo peor.
Algo que el visitante olvida es que las Monarcas vienen a nuestros bosques no a dar un show, sino a hibernar, a dormir en la niebla del bosque frío. Y si sucede que el sol brille, entonces reaccionarán inmediatamente revoloteando. Y eso es lo que la gente espera ver. Pero incluso si no revolotean, es espectacular ver los árboles cubiertos con millones de mariposas. Y, para ser honestos, eso es lo que la mayoría de los turistas ve. Las fotos de los periódicos y los documentales televisivos presentan generalmente los mejores momentos de las mariposas, no los grises y más comunes. Incluso nosotros lo hacemos así.
Piense en aquellas personas que van a ver las ballenas: aún quedan miles de ellas en nuestros golfos, pero la gente se siente con gran suerte si se acercan suficiente a una de ellas, aunque sea solo una, aunque no salte por los aires ni azote las aguas con su enorme cola. Y eso lo recordarán por el resto de sus vidas.
¿Cuál es el mejor momento para un beso? Las mariposas son como besos, y el más impredecible suele ser el mejor.